Cuando recibí mi carta de aceptación a la Universidade de São Paulo, me llevé una gran sorpresa. Se refirieron a mí como Sra. Marquez.
Mi nombre completo es Viviana Marcela Peña Márquez. Ciertas anécdotas de la vida me llevaron a utilizar mi nombre como Viviana Márquez, apesar de que según nuestra cultura hispana, la versión corta de mi nombre debería ser Viviana Peña.
Así que para mí fue una grata sorpresa que en la carta de aceptación utilizarán Márquez. Después del tiempo, ya estando en el Brasil, observé que tanto en documentos como en otras cosas, seguían utilizando el Márquez. "¡Que maravilla, ellos adivinaron que prefiero el Márquez y me dan gusto en eso!" -fue lo que pensé.
La verdad no es que me estuvieran dando gusto, sino que el sistema de nombres es diferente en los países lusófonos (de habla portuguesa).
Peña es el apellido de mi padre. Márquez es el apellido de mi madre. En Colombia, primero va el apellido del padre y luego el de la madre, es decir que mi nombre es Viviana Marcela Peña Márquez, como ya había mencionado. Para presentarme, la versión corta de mi nombre debería ser Viviana Peña.
Si hubiera nacido en el Brasil, primero va el apellido de la madre y luego el del padre. Es decir que aquí mi nombre sería Viviana Marcela Márquez Peña. Sin embargo, aquí en el Brasil las personas en su versión corta de nombre se presentan con su último apellido, es decir, por ejemplo en mi caso yo diría: "Olá, meu nome é Viviana Peña".
Pero ya que en mis papeles legales aparezco como Viviana Marcela Peña Márquez, las personas piensan que el apellido de mi padre es Márquez y se refieren a mi como Viviana Márquez.
Al parecer estaba escrito en mi destino que vivíera en el Brasil.
Saludos a mis papás que seguro están divirtiendo al leer esta entrada. Gracias por darme dos súper apellidos que me han permitido jugar con sus combinaciones al rededor del mundo.